Miguel Ángel García Valero
Coordinador de Patrimonio histórico y Natural del Ayuntamiento de Boadilla del Monte
Ya desde la edad antigua una de las fórmulas de ostentación del poder era el coleccionismo de animales de esa fauna salvaje desde diferentes partes del mundo y su coste económico, así como lo que implicaba el dominio de esa naturaleza salvaje, suponía un gran atractivo para el poder. raros, exóticos, singulares y procedentes de tierras muy lejanas. La obtención, transporte y mantenimiento de esa fauna salvaje desde diferentes partes del mundo y su coste económico, así como lo que implicaba el dominio de esa naturaleza salvaje, suponía un gran atractivo para el poder.
En la segunda mitad del siglo XVIII los gabinetes de historia natural constituyeron la plasmación de la búsqueda del universo del saber, una actividad característica del movimiento ilustrado. En el caso del Infante Don Luis, encontramos las dos circunstancias expuestas: poder y búsqueda de conocimiento, de ahí su magnífico gabinete de historia natural y el pabellón de aves.
El Infante Don Luis de Borbón y Farnesio manifestó desde muy temprana edad su afición por los animales y la naturaleza en general, como queda demostrado por la conocida colección de diferentes especies faunísticas que disponía en sus habitaciones del palacio Real de Madrid, bajo las bóvedas decoradas con pinturas de aves de Jean Doménico y Lorenzo Tiépolo; o su casa de campo en el Palacio de Aranjuez donde albergaba distintos animales.
Tras finalizar la construcción del palacio de Boadilla del Monte en 1765, el infante Don Luis trasladó a su nueva residencia su interesante colección de Historia Natural. En Boadilla contaba con más espacio para albergar nuevas colecciones, de hecho, en el plano fechado en 1765 del aparejador de Ventura Rodríguez en la construcción del palacio, Alfonso Regalado Rodríguez, constan dos estancias denominadas gabinetes que pudieron ser destinadas a las colecciones del infante.
Recientemente ha salido a la luz un interesante documento escrito e ilustrado por un naturalista, Antonio Recondo, mediante el cual éste ofrecía al Infante Don Luis para su gabinete particular una interesante colección de fauna y vegetación marina procedente de la isla de Mallorca. Este manuscrito ha sido adquirido por 40.000 euros por la Biblioteca Nacional de España en 2017, y lleva por título “Producciones y aves marítimas adquiridas en las inmediaciones de las islas de Mallorca por don Antonio Recondo, que rendidamente tributa a L.R.P. del serenísimo señor Don Luis Antonio de Borbón, infante de España. Año de 1773”.
La obra procede de la biblioteca del ornitólogo H. Bradley Martin, cuyo ex libris todavía se conserva en el documento. El libro presenta el acabado original en el característico tafilete color rojo, utilizado habitualmente en encuadernación y destaca por incluir 32 acuarelas en magnífico estado de conservación, que ilustran las descripciones de diferentes especies que en ocasiones presentan denominaciones distintas de las actuales.
Poco se sabe de Antonio Recondo, quien al parecer fue un oficial de rentas que pudo ser destinado a Mallorca para el control de los principales impuestos y rentas existentes. Su afición por la observación de la naturaleza le condujo a tener un conocimiento exhaustivo de diferentes especies, circunstancia que desarrolló durante su estancia en las Islas Baleares. Al parecer, Recondo mantuvo una relación con dos importantes naturalistas mallorquines, Buenaventura Serra Ferragut (1728-1784) y Cristófol Vilella Amengual (1742-1803) que participaron en los trabajos de recopilación y descripción de la fauna mallorquina.
La correspondencia que mantuvo Antonio Recondo con Franco Dávila, director del Real Gabinete de Historia Natural desde su creación en 1771, nos ilustra sobre sus trabajos y las continuas preocupaciones de aquel por el reconocimiento de su trabajo como naturalista y taxidermista, así como por el pago de los envíos de animales disecados que almacenaba y ponía a disposición del recientemente creado Real Gabinete.
La creación de este nuevo Real Gabinete de Historia Natural por parte de Franco Dávila, que no se inauguraría hasta 1775, incitó la creación de otros similares por parte de Infante Don Luis o sus sobrinos el Infante Don Gabriel y el Príncipe Carlos. En el caso del Infante Don Luis, como ya sabemos, contaba ya con una muy interesante colección que debió engrandecer más a partir de esa fecha (1771).
El 6 de diciembre de 1772 Recondo envía una carta a Franco Dávila donde dice “… que estuve en esa a presentar un pequeño número de colección marítima al Serenísimo Sr. Infante Don Luis (Cuya piedad se signo admitirlo) me propuso darme a conocer con V.I., dándole la bienvenida e igualmente las más expresivas gracias, por los dilatados favores y buenas ocurrencias…” (Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales, 6 diciembre), lo cual nos indica que Recondo visitó al Infante Don Luis en su palacio de Boadilla del Monte para presentarle algunos ejemplares de su colección marítima y que quedó muy satisfecho de esa visita ya que el Infante lo promocionaría a Franco Dávila. En febrero de 1773, Recondo vuelve a escribir a Dávila ofreciéndole más ejemplares naturalizados pero este le contesta que por el momento no hay lugar destinado a albergar el Real Gabinete y tampoco tiene permiso para gastos por lo que hablará con el Infante Don Luis, lo que significa que éste seguía adquiriendo ejemplares para su colección privada, como queda atestiguado en una carta de Franco Dávila de 26 de agosto de 1773 donde dice “Recondo ha mandado muchas cosas para el Infante Don Luis…”.
El libro que nos ocupa constituye un auténtico trabajo de naturalista tanto por la información de diferentes especies como por sus representaciones gráficas. Las aves están representadas por acuarelas de Onocrotalo, cisne, fraile, flamenco, cuervo marino, siblador, gallina marina, garza real, papagayo marino, ugrona, oranol volátil, culebras, lunada, grimaldo real, perro marino. Por su parte, las plantas acuáticas incluidas son: hinojo petrificado, planta torta, planta de cañones, olivera, espinosa en piedra, planta de esponja, pluma, pinotel, pinos petrificados, falgera, algera, planta no conocida, madrépora. Por último se incluye una espada de calamar y un pectin, esta es muy interesante ya que nos dice Recondo que produce perlas llamadas macares y que se obtienen utilizando un buzo y unos garfios que las arrancan de las rocas, circunstancia esta que nos ilustra con otra magnífica acuarela.
El singular manuscrito se encuentra digitalizado y disponible en Biblioteca Digital Hispánica para cualquiera que quiera consultarlo gratuitamente.
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