Miguel Ángel García Valero
Coordinador de Patrimonio histórico y Natural del Ayuntamiento de Boadilla del Monte
Además de los retratos del Infante Don Luis contamos con una serie de obras en la que éste no es el protagonista, pero si forma parte de las mismas y en la que se representa a su familia en diferentes momentos, que ilustran y traducen situaciones y momentos significativos y curiosos de nuestra historia y la del propio Infante.
De 1739 contamos con una obra dibujada por Louis-Fabricius Dubourg y grabada por Pierre Tanje, ambos miembros de la Academia de Dibujo de Amsterdam, que lleva por titulo “El triunfo de la reina Isabel de Farnesio” y del que se conserva una copia en la Biblioteca Nacional de España. La información que nos ofrece la Biblioteca Nacional es que se trata de una obra destinada a formar parte del “Dictionaire geographique, historique et critique” publicado por Antonine-Auguste Bruzen de la Martiniere en La Haya en 1726-1739.
En la parte superior una inscripción que podemos traducir como sigue “FELIZ REINA, MADRE FECUNDA/ A MIS HIJOS LES ASEGURO UN DESTINO DIGNO DE MI/ Y SOY LAS DELICIAS DE UN REY/ QUIEN ENGORDA POR SU VIRTUD LAS DELICIAS DEL MUNDO”, nos ilustra perfectamente sobre dos de las grandes obsesiones de la reina Isabel de Farnesio, por un lado, contentar el ardor amoroso de su esposo y por otro la búsqueda de un buen destino para su prole. Esta última circunstancia se aprecia en la obra, donde el infante Don Carlos, futuro Carlos III, posa su mano sobre la corona como rey de Nápoles desde 1734. De igual modo, unos amorcillos ofrecen al infante Don Felipe las insignias de las órdenes militares y junto a él se observa una corona que reflejaría la intención de su madre de conseguir para su hijo el ducado de Parma, que no obtendría hasta 1748 tras la paz de Aquisgrán. Otro angel entrega a la infanta Doña María Victoria un escudo con las armas de los Braganza reyes de Portugal, representando el matrimonio de esta con el infante José en 1729, que reinara en el país vecino en 1750 como José I.
Por último, nuestro protagonista, el infante Don Luis arrodillado en primer término, porta en su mano izquierda el báculo de arzobispo con la correspondiente cruz con dos travesaños, que le es entregado por una mujer tocada con la tiara papal y que representa la iglesia de Roma. A su vez, tres putti le entregan el báculo, la mitra y el capelo, símbolos de su estatus religioso como cardenal. El grabado está fechado en 1739 cuando el Infante Don Luis ya ocupaba el arzobispado de Toledo desde 1735 y el cardenalato de Santa María de la Scala de Roma, que había obtenido ese mismo año con tan solo 7 años de edad. Por su parte, también ocuparía el arzobispado de Sevilla en 1741.
Jean Ranc fue el primer pintor de la corte de Felipe V que retrato a la familia del rey. La obra conservada en el Museo del Prado se atribuye a 1723 y se trata de un boceto de la obra original, hoy desaparecida, que debió resultar muy dañada en el incendio del Alcázar Real que tuvo lugar en los aposentos de este pintor durante la nochebuena de 1734. Tras el fallecimiento de este pintor en 1735, dos años después ocupo su puesto Louis-Michel Van Loo hasta 1753 en que regreso a Paris. Este autor francés, de una dilatada formación familiar entre pintores, retratará en varias ocasiones al rey Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio demostrando un gran virtuosismo técnico donde domina el movimiento y el color generando vitalidad y gran realismo, que pone de manifiesto en el tratamiento de las telas, joyas y escenografías siempre de gran elegancia y nobleza.
Su obra más significativa en España será un gran retrato familiar de Felipe V e Isabel de Farnesio, con sus hijos, nietas y nueras. Se trata de una obra ficticia ya que todos los personajes que en ella aparecen no estuvieron en la corte en ese momento (1742-1743), el futuro rey Carlos III desde 1735 era rey de Nápoles (Carlos VII) y de Sicilia (Carlos V), Felipe I de Parma abandonó España en febrero de 1742 con destino a Italia para conquistar los ducados padanos y la infanta Mariana Victoria se había casado con José I de Portugal en 1729. El retrato muestra una gran opulencia y potestad, y la autoridad de la Reina Isabel de Farnesio sobre un reino y un rey ya anciano.
Este gran cuadro de 1743 tiene unas dimensiones de 408×520 cm. y se puede contemplar en el Museo del Prado o en el palacio de la Granja, donde se conserva una copia. En el Museo de Versalles se custodia un boceto y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando un dibujo preparatorio. Este último se concreta en un dibujo en papel, con tintas negra y sepia, presenta varias diferencias respecto a la obra definitiva. La primera, es la ausencia de la hija del futuro rey Carlos III y María Amalia de Sajonia, la infanta María Isabel Antonia (1740-1742); y la hija de Felipe I de Parma y Luisa Isabel de Francia, Isabel de Borbón-Parma (1741-1763), primas que juegan en un primer plano con un perro en el gran cuadro. En el dibujo de la Real Academia, en primer plano jugando con el perro figura la hija pequeña de los reyes, la infanta María Antonia Fernanda (1729-1785), futura reina de Cerdeña, que en este boceto se muestra como una adolescente.La segunda diferencia es que en el dibujo la infanta María Teresa Rafaela, que se casará con el delfín de Francia, se la representa a la derecha de su padre Felipe V, mientras que en el cuadro se ubicará junto a su cuñada Luisa Isabel de Francia (sentada) y su hermana María Antonia Fernanda (con abanico).
Por último, nuestro protagonista, el infante Don Luis, en el dibujo de la Academia se ubica junto a su cuñada Luisa Isabel de Francia (sentada) y apoya su brazo derecho en el respaldo de la silla. Viste con sotana y muceta portando el collar del Toisón de oro con una banda sin color que no podemos identificar a que órden pertenece. Sin embargo, en la obra definitiva el Infante Don Luis se nos muestra como un joven de 15 años que se encuentra a la derecha de su madre dejándonos claro que se trata de su favorito, y en esta ocasión viste casaca y chupa roja escarlata, indicativas de su condición cardenalicia, y banda azul de la orden del Santo Espíritu francesa.
El pintor de Módena Francesco Battaglioli realizo en 1756 dos vistas o vedute del palacio de Aranjuez para Carlo Broschi, el famoso castrato conocido como Farinelli, director del Coliseo del Buen Retiro y del de Aranjuez y gran protegido de los reyes. Battaglioli, que también llevo a cabo las decoraciones teatrales de los palacios de Aranjuez, Buen Retiro y Palacio Real de Madrid, refleja en uno de los dos cuadros la celebración de la onomástica de Rey Fernando VI en Aranjuez, en el que se observa el paseo del Rey y su esposa, Barbara de Braganza, acompañados de su corte. El título de esta obra es “Fernando VI y Barbara de Braganza en los jardines de Aranjuez” y se custodia en el Museo Nacional del Prado tras su adquisición en 1979. La reina sufría de asma crónica y de un excesivo peso como consecuencia de su desmesurada afición a la buena mesa, todo lo cual contribuía que se fatigase con mucha facilidad, por ello en estos últimos años de su vida se servía en ocasiones de una silla de ruedas. En el cuadro que nos ocupa podemos apreciar como el cortejo esta encabezado por la reina Barbara de Braganza en una curiosa silla de tres ruedas (tras el cortejo los sirvientes portan una silla de ruedas de repuesto) y a su derecha se sitúa un personaje con casaca roja y bastón, que destaca del resto porque es el único que lleva sombrero y una banda azul sobre el pecho, esta vestimenta nos indica que se trata del propio Fernando VI. A la izquierda de la reina vemos un caballero con casaca gris, chupa amarilla y también banda azul sobre el pecho. Si tenemos en cuenta que la banda azul es el atributo identificativo de la orden francesa del Espíritu Santo, a la que únicamente pertenecían el rey, los infantes y muy escasos nobles cercanos a la corte, y que el único infante en ese momento era el Don Luis de Borbón y Farnesio, y que en esos años su madre Isabel de Farnesio envió a Aranjuez al Infante para estar informada de primera mano sobre el estado de salud de la reina, se nos antoja que ese individuo se trata del Infante don Luis. El propio Farinelli también será retratado en la misma escena al frente de un grupo de músicos que ameniza el paseo.
Luis Paret y Alcázar pinto en 1770 el cuadro denominado “Las Parejas Reales”, que se conserva en el Museo Nacional del Prado, y que realizo por encargo expreso del Infante Don Luis, de quien era pintor de cámara desde ese año, y que recoge el juego de Parejas celebrada el 6 de junio de 1770. Esta exhibición artístico-equina, utilizaba a tal efecto la Real Yeguada de Aranjuez que tanto impulso Carlos III, más concretamente el cuartel de la yeguada andaluza destinada a caballos de silla. Este ballet ecuestre, originario de la Italia del siglo XVII, tuvo gran aceptación en las cortes europeas, y en la española especialmente en la segunda mitad del siglo XVIII. Consistía en que varios grupos de caballeros desfilaban conjuntamente con una perfecta armonía entre el movimiento de los caballos y la música, generando un auténtico espectáculo de danza. Según varios autores, las cuatro cuadrillas de caballeros estaban encabezadas por el príncipe Carlos, futuro rey Carlos IV, el infante Don Gabriel, el infante Don Luis y el duque de Medina Sidonia. Cean Bermudez en su obra “Diccionario de los más ilustres profesores de las bellas artes en España” editada el año 1800 incluso precisa que “la encabezada por el infante Don Luis se dirige hacia la tribuna real seguido del marqués de Guevara, gentilhombre de Cámara con ejercicio y el duque de Alburquerque brigadier y coronel de Dragones de Lusitania”. La cuadrilla del Infante don Luis porta, tanto en su vestimenta como en la decoración de los, los colores blanco y verde, como se aprecia, por ejemplo, en el tocado de los sombreros. Don Luis se identifica tanto porque lleva sobre su pecho la banda color rojo correspondiente a la orden napolitana de San Genaro, como por el detalle de mostrar el tacón de su zapato de color rojo, recordemos que esta moda la impondrá el rey francés Luis XIV, bisabuelo del Infante don Luis, como símbolo de distinción y de pertenencia a la familia real. No contento con esto último, el propio Paret realiza un auténtico retrato en miniatura en el que se aprecia con claridad el rostro del Infante con el importante apéndice nasal que le caracterizaba y que gira hacia su derecha inmediatamente antes del momento de virar también con su caballo; entendemos que esta circunstancia supone un giño hacia su mentor y comprador de la obra.
Juan Antonio Álvarez de Quindós en su obra “Descripción Histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez” de 1804 describe con profusión la fiesta de parejas celebrada en 1770: “… En la más propia y regia función de parejas, que ideó y executó S. M. siendo Príncipe de Asturias varios años, á presencia, y para recreo del Rey, padre del señor Don Carlos III, de su amada esposa y de toda la Real Familia. La primera fue el 6 de junio de 1770. Se formó un circo en la plazuela del palacio, al lado del mediodía, con vallas adornadas con lienzos pintados, y floreros en los principales puntos, y dos tablados a la parte de occidente para dos coros de música. Sobre la galería se hicieron miradores cubiertos, adornados con colgaduras y tafetanes, que daban vuelta sobre el terrado de la casa de Oficios. En las primeras divisiones estaba el Señor Don Carlos III, el Grande, y a su lado la Reyna nuestra Señora (que Dios Guarde), y los Señores Infantes. Seguían a la izquierda los Gefes de palacio, Embaxadores y Ministros extranjeros, Grandes, Damas y Caballeros de palacio con galas y lucimientos a porfía, que dieron mucho que admirar, y formaban un agradable y vistoso anfiteatro. Los caballeros de la fiesta fueron veinte y quatro, y los quadrilleros S. M. el Señor Don Carlos IV, los Serenísimos Señores Infantes su hermano Don Gabriel, y su tío Don Luis, y el excelentísimo Señor Don Pedro de Alcántara Guzmán el Bueno, Duque de Medinasidonia, Caballerizo mayor del Rey, vestidos a la antigua española, lo mas bien imitado el trage que se pudo. Los colores de S. M: y su quadrilla eran blanco y encarnado; el Señor Infante Don Gabriel, blanco y azul; los del Señor Infante Don Luis, blanco y verde; y la quadrilla del Caballerizo Mayor, blanco y dorado, con espadas de gola, y los aderezos de los caballos correspondientes. El referido día, a la hora de las nueve y media de la mañana, al son de la música de los coros se dio principio a la entrada magnífica de tan seria y grandiosa función. Iban delante dos guías, que eran domadores de las Reales caballerizas a caballo, vestidos a la española antigua, de los colores blanco y encarnado. Seguían quatro timbaleros, y diez y seis clarineros … Seguía esta comparsa por el centro de la plaza hasta el frente donde estaba el Rey, y daban la vuelta por los lados dividiéndose por mitad hasta salir fuera de la plaza, dexandola desembarazada …. y luego daban principio las quadrillas, precedidas de sus jefes, en filas de a quatro … al llegar al frente se formaban en ala, y tomada la venia del Rey, daban principio a la contradanza, levantando los caballos a un medio galope concertado con la música marcial d ellos dos coros, y formando diversas figuras matemáticas, de quadros, de alas,, de encrucixadas, ruedas, ángulos, y otras vistosas y difíciles, admirándose la destreza, gallardía y gentileza de los ginetes, y la docilidad y hermosura de los caballos…”. Como curiosidad señalaremos que Álvarez Quindós alude a la presencia de la Reyna en este evento, si bien tanto la esposa de Carlos III, Maria Amalia de Sajonia, había fallecido en 1760 y la madre del Rey, Isabel de Farnesio hizo lo propio en 1766, por lo que no existía reina alguna en 1770.
“Estudio de la Familia de Felipe V”. 1742. Dibujo a lápiz, tinta negra y sepia. Louis-Michel Van Loo. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Detalle del infante Don Luis en el “Estudio de la Familia de Felipe V”. 1742. Dibujo a lápiz, tinta negra y sepia. Louis-Michel Van Loo. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
“La familia de Felipe V”. 1743. Óleo sobre Lienzo. Louis-Michel Van Loo. Museo Nacional del Prado
Detalle del infante Don Luis en “La familia de Felipe V”. 1743. Óleo sobre Lienzo. Louis-Michel Van Loo. Museo Nacional del Prado.
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